Archivo de febrero 2010

22
Feb
10

La Reforma del Estatuto Docente… el debate que viene.

Independiente de la expertise profesional que tenga el economista Joaquín Lavín y el ingeniero Fernando Rojas, el magisterio deberá prepararse para una discusión de vital importancia para el desarrollo de su futuro profesional, me refiero al cambio del Estatuto Docente (1). En efecto, basta sólo observar someramente los proyectos de los candidatos que aspiraban llegar a La Moneda, para percatarse que, rodeos más rodeos menos, todos están planteando un cambio en el ordenamiento interno del profesorado chileno (2). En este sentido, el sistema pretende abordar un tercer aspecto clave en todo sistema educacional –el primero fue el Marco Curricular (3) y el segundo la LGE (4)-, vale decir la forma como se regirá la formación inicial, la capacitación, las remuneraciones, los derechos y deberes del hacer pedagógico. Como el tema seguramente se sentará en la discusión pública a partir de marzo de este año, bien vale hacer algunas reflexiones que permitan abrir los fuegos de un tema no menor y que generará polémica.

La pauperización del magisterio

“También debiera asumir su responsabilidad

los centros para formación de docentes e institutos… pedagógicos

permitiendo mayor desarrollo de la vocación, comprensión e

identificación del rol como ‘educadores’ de personas y no

como meros transmisores de conocimientos”

(Fernando Gutiérrez)*


Cómo llegamos a esto, cuándo se perdió el Perú. Para entender “la cuestión docente” como dice Bayer (5), debemos comprender que la docencia anterior al régimen militar se orientó como un Sistema Nacional de Educación dependiente del Estado y con el profesor como funcionario público, bajo una formación inicial regulada por el Ministerio de Educación que ya en la década del sesenta había terminado con las escuelas normalistas y encargado esta labor a las Universidades. Este tema no es menor, se podrá discutir si el Estado lo hacía mal o mejor, pero era un sistema coherente donde existían las debidas sinergias para regular el proceso en su conjunto, y desde allí asumir cambios o regulaciones si eran necesarias. Qué hace el régimen militar, ir básicamente en la dirección contraria, vale decir atomizar el sistema. La primera medida fue quitar el rango universitario de las de pedagogías, dando la posibilidad de que “entidades no universitarias” (privados) pudieran entregar la carrera docente; la segunda iniciativa fue el año 1981, con la municipalización de la educación y de los profesores. Este nuevo sistema, descentralizado, subsidia la demanda estimulando la incorporación de privados en el área educativa. El plantel docente quedo divido en el sector municipalizado, y por el otro, un sector que se desempeña en el sector privado.  Las consecuencias de esta descentralización resultan desastrosas, se calcula que las remuneraciones de los maestros descendieron en un 38% (6), la formación inicial quedó tutelada al amparo del mercado sin controles relevantes por parte del Estado. Con el aumento de cobertura, el mercado demandó más fuerza de trabajo, la que fue expelida holgadamente por las “nuevas casas de estudios” que vieron en la formación docente un buen negocio, dada la poca inversión: un pizarrón, bancos y profesores. Esta situación se hizo particularmente grave en la enseñanza básica, en la cual se implementaron programas de acreditación de fin de semana, conocido como los “profesores exprés”.

Qué hace la Concertación una vez instalada en el poder. La respuesta depende desde el ángulo que se mire, mucho en términos cuantitativo aumentando la inversión en toda el área; poco en términos cualitativos, con una mirada conciliadora que no permite tener un control efectivo de la educación en su conjunto. En efecto, el año 91 se echan las bases del Estatuto Docente quedando refrendada la división impuesta por los militares, en una parte los docentes municipalizados protegidos por el estatuto, y por la otra, un sector sometido a las reglas del mercado. Qué se hizo en el plano de la formación inicial, básicamente poco, a cifras de hoy, la mayoría de las instituciones que entregan pedagogía aún no están acreditadas. Peor aún, las casas de estudios no repararon que en el mundo se estaba viviendo un verdadero cambio en el paradigma educativo, donde el profesor pasaba de ser una fuente del conocimiento a convertirse en un generador de criterios para seleccionar y organizar un conocimiento que hoy, producto de las tecnologías de la información y comunicación se encuentra cada vez más al alcance de la mano de los estudiantes.

Quienes son los profesores hoy. Según datos del MINEDUC (7), el número de docentes en aula llega a 149.083, de los cuales 69.562 pertenecen al sistema municipalizado, 60.178 al subvencionado, 17.210 al particular pagado y 2.133 a las Corporaciones. Un gremio que se encuentra pauperizado, poco cohesionado y dividido en dos grandes segmentos, uno público y otro privado. Esta división se traspasa también al plano gremial, debido a que el Colegio de Profesores ha tendido hasta hoy a asumir la representación del sector municipalizado; todo esto en un marco de un gremio arrastrado fuertemente a la demanda coyuntural, economicista e inmediata. Las diferentes autoridades del magisterio, matices más matices menos, no han estimulado una visión de una educación moderna, crítica y propositiva, cuestión que caracterizó al profesorado desde principios del Siglo XX (8). Pero, ¿son los docentes chilenos los grandes culpables del bajo rendimiento escolar?, esto es lo que analizaremos a continuación.

“Aquí he aprendido a enseñar y he aprendido

mucho sobre el castellano,

pero no he aprendido cómo enseñar castellano” **

Son los profesores hoy en día los grandes responsables del problema de la educación en Chile. Responsabilidad hay qué duda cabe, pero mucho menor que la deslizada por parte de un sector de los llamados “especialistas orgánicos”. Vamos por parte, si el problema de la educación en Chile fuera el Estatuto Docente, estos déficit estarían situados sólo en la educación municipalizada en cambio nuestro país muestra un retraso generalizado, según las mediciones internacionales, en todas las formas de provisión educacional, municipal, particular subvencionado y particular pagado (9). En relación al SIMCE, la relación entre los resultados de los sistemas público y particular subvencionado no varían sustancialmente (10). Es más, un dato no menor, el año pasado se especuló majaderamente tanto por el Ministerio del ramo, los “entendidos” y la prensa, que los reiterados paros que se sucedieron por parte de profesores de colegios públicos iban a generar bajas considerables en la PSU, lo que a la postre redundaría en aumentar el éxodo de alumnos del sector público. Qué pasó, en palabras de la ministra de la Jara: “Bajó un poco el promedio, como medio punto, la educación municipalizada, bajó bastante la educación particular pagada, alrededor de 5 puntos, y subió más de 5 puntos la particular subvencionada” (11); es más, de los 10 colegios con mayores puntajes, el Instituto Nacional se pone a la delantera con 29 alumnos con puntajes nacionales, seguidos muy de lejos por el Andree English School y The Grange School con 9 puntajes nacionales cada uno (12).

Ahora bien, existe coincidencia que dentro de las falencias que experimenta la educación en Chile está la mala formación inicial, en palabras de la OCDE: “la mayoría de los estudiantes del país tiene clases con profesores que, no por culpa propia, han sido preparados inadecuadamente para enseñar matemáticas, lenguaje y otras materias, al nivel requerido por el nuevo currículo chileno” (13). Unido a esto, hay que destacar la mínima preparación que obtienen los docentes en el denominado Conocimiento Pedagógico del Contenido; en efecto, no basta saber el contenido, sino a la vez, saber enseñar ese contenido en forma eficaz a grupos de distintas edades y orígenes socioculturales. Por último, la academia no está preparando a los futuros docentes para interactuar en la llamada sociedad del conocimiento, un mundo donde la información es instantánea y múltiple, donde el profesor tiene que ayudar al alumno a integrar estos saberes mediante las nuevas tecnologías que hoy están a su disposición. En este sentido, “se calcula que el conocimiento (de base disciplinaria, publicado y registrado internacionalmente) habría demorado 1.750 años en duplicarse por primera vez contado desde el comienzo de la era cristiana, para luego volver a doblar su volumen, sucesivamente, en 150 años, 50 años y ahora cada 5 años, estimándose que hacia el año 2020 se duplicará cada 73 días” (14); manejar este volumen de conocimiento, demandará del cuerpo docente desafíos para los cuales nuestras instituciones formativas claramente no están preparadas.

Sumado a esto, hay que señalar que el proceso educativo chileno se da en el marco de uno de los países más inequitativos del mundo a la hora de repartir la riqueza (15), situación que incide directamente en la posibilidad de obtener resultados de excelencia. En efecto, las familias que perciben mayores ingresos pueden destinar mayores recursos a complementar el entorno educativo de sus hijos, en cambio, los colegios que educan a jóvenes de bajos recursos deben compensar las carencias que traen estos educandos desde sus familias (16). El docente en este caso, deberá formar, aconsejar e instruir a jóvenes de alta vulnerabilidad social al cual, al final del día, se le medirá con los resultados de los alumnos de mayores ingresos.

Lo señalado precedentemente indica que, en términos generales, Chile tiene una educación de baja excelencia, un cuerpo docente pobremente formado por instituciones que en su gran mayoría no está en condiciones de hacerlo; todo esto, en el marco de un país altamente inequitativo en el reparto de su riqueza.

Entonces, cuál es el motivo de que exista un consenso pleno en nuestra clase política para cambiar el referido Estatuto. El argumento, dice relación con el hecho de que el Estatuto es demasiado rígido a la hora de despedir un profesor, procedimiento que hoy día debe ser verificado por un sumario a cargo de un fiscal; lo que según sus detractores, generaría una suerte de inamovilidad del cuerpo docente del sector municipalizado. El punto crítico que ve la educación economicista es la “poca flexibilidad” del factor humano; en definitiva, se trata de homologar el régimen municipal a la situación existente en el sector privado. Ahora bien, qué sucede en el sector privado, una verdadera puerta giratoria, una constante rotación, en promedio un profesor dura dos años de ejercicio en un plantel, independiente de su excelencia su contrato dura en su gran mayoría dos años, tiempo límite antes de que el contrato pase a ser indefinido. La flexibilidad del mercado laboral educativo, más allá de la mucha palabrería que circula, es la principal orientación que esconde la reformulación del Estatuto Docente; situación que según economistas, permitirá a los municipios abaratar la mano de obra docente como su contraparte, la educación particular subvencionada, lo que según los mismos economistas permitiría nivelar los déficit presupuestarios que enfrentan en el área.

La situación que se discutirá a partir de este año es particularmente compleja, no sólo para el magisterio, sino para el desarrollo futuro de la educación en Chile; esto demandará departe del magisterio un esfuerzo superior, que permita en su conjunto visualizar una profesión moderna, remunerada dignamente, con incentivos claros y estándares de rendición de cuentas acorde al entorno de trabajo. Por otra parte, se requiere una clase política que esté dispuesta a velar por intereses de Estado, que abra la mirada al verdadero mundo docente, que se proyecte más allá de los paper de una tecnocracia fría, que deslinda sus parámetros en torno a los centímetros cuadrados de sus escritorios.

* Premio Nacional de Educación 2005. En El Debate de la Educación, El Mercurio (especiales), 5 de agosto de 2006.

** Testimonio de un estudiante de pedagogía en castellano. OCDE, 2004.

Notas

1.- Ley N° 19.070, de 1991. Ver Ley completa en: http://intranet.munistgo.cl/integridad/web2/file/tei/leyes/19070.pdf

2.- Para un análisis pormenorizado de los programas presidenciales en materia educacional, recomiendo:

a.- Sebastián Piñera: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/08/02/que-propone-sebastian-pinera-en-educacion%E2%80%A6-2%C2%B0-parte-y-final/

b.- ME-O: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/07/22/que-propone-me-o-en-materia-de-educacion/

c.- Eduardo Frei: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/07/14/%C2%BFque-propone-eduardo-frei-en-educacion/

d.- Jorge Arrate: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/07/14/%C2%BFque-propone-eduardo-frei-en-educacion/

3.- Ver en: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/06/23/como-se-gesto-el-marco-curricular-chileno/

4.- Ver en: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/08/25/claves-para-entender-la-lge/

5.- Harald Bayer, “Una Educación de más Calidad: algunas reflexiones”, en Revista Pensamiento Educativo, Vol. 40, n° 1. Pontificia Universidad Católica de Chile, 2007.

6.- Informe Final, 11 de diciembre de 2006. Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación

7.- Anuario: Estadísticas de la Educación 2006 – 2007. Capítulo 3: Docentes. MINEDUC.

8.- Pa ver el tema en profundidad, ver en Gabriel Salazar: Del poder constituyente de asalariados e intelectuales (Chile, siglos XX y XXI)”. LOM, 2009.

9.- En la Prueba TIMSS 2003, Chile se ubicó en el lugar 38 de 46 en Matemática, y 35 de 46 en Ciencias. En Matemática, más de la mitad de los alumnos chilenos (59%) no alcanzó el estándar de desempeño más bajo descrito por TIMSS. En Ciencias, este porcentaje fue de 44%. En Matemática, los alumnos chilenos mostraron un dominio relativamente mejor en estadísticas y análisis de datos, y uno relativamente peor en geometría. En Ciencias, nuestros alumnos mostraron un dominio relativamente mejor en medioambiente y uno peor en física. Cabe agregar que en todas las áreas Chile se encuentra por bajo el promedio internacional.

10.- Para una mejor comprensión, ver resultados y comentarios del SIMCE 2006, en: https://guillermobastias.wordpress.com/2007/05/08/34/

11.- La Nación, 21 de diciembre de 2009: http://www.lanacion.cl/psu-educacion-particular-pagada-bajo-el-promedio/noticias/2009-12-21/110731.html

12.- Ver lista completa en: La Nación, 21 de diciembre de 2009. Pág. 8.

13.- OCDE, 2004.

14.- Educación e Internet ¿La Próxima Revolución? JJ Brunner. Fondo de Cultura Económica, 2003.

15.- Chile presenta uno de los niveles más altos en desigualdad social, sólo comparable a África del Sur, Brasil, Colombia, Guatemala, Lesotho, Paraguay, Swazilandia, Zambia, Zimbabwe.

16.- Para un análisis más pormenorizado, recomiendo ver “Desigualdad Social = Mala Educación”, en: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/09/03/desigualdad-social-mala-educacion/

12
Feb
10

Recuerdos del Centenario Patrio


“Hacia 1900. Las élites “portalianas”
– lo mismo que los reyes borbones del siglo XVII-
sobrevivían su dominación comprando y vendiendo soberanía
y baratijas, a izquierda y a derecha, sobre cubierta o bajo cubierta.
(Gabriel Salazar, Julio Pinto)*

A meses de celebrar 200 años de la independencia de España, fecha que sin duda estará marcada por celebraciones, conmemoraciones e inauguraciones de todo tipo, bien vale la pena detenerse un momento a reflexionar y a recordar sobre lo que fue la conmemoración del centenario de nuestra independencia. En efecto, me parece sana esta reflexión no solo como un ejercicio de memoria histórica, sino, sobre todo, como un ejercicio ciudadano que nos permita avizorar los desafíos y esperanzas que abrigaban nuestros compatriotas en la primera década del siglo XX, y lo más importante, cómo han cambiado estos desafíos y esperanzas después de cien años.

Corría la primera década del siglo y el país se empezaba a reponer de las heridas causadas hace 19 años, que dejó como saldo desolador más de 4.000 muertos, el suicidio del presidente Balmaceda en la legación argentina, la capital saqueada por las hordas de aquellos que impusieron la derrota al proyecto gobiernista, y que en alianza con los intereses económicos ingleses marcaron la senda económica de los próximos 30 años. En un clima de complacencia y optimismo, la oligarquía de turno se felicitaba por los avances de un modelo -devenido después de la guerra civil en parlamentario- sustentado en la exportación de salitre, con el que se podía respaldar los avances en infraestructura y servicios públicos que gozaba el país (1). Las cifras, qué duda cabe, le daban al patriciado nacional una suerte de autocomplacencia sobre los múltiples logros y avances que el país experimentaba, producto básicamente de dos hechos: el desarrollo del norte salitrero, y la incorporación plena del territorio mapuche después de la llamada “pacificación”. El salitre estimuló el asentamiento de nuevos centros urbanos, lo que estimuló el comercio de cabotaje, así como una insipiente industrialización asociada al auge del ferrocarril, en continua expansión (2). La anexión del territorio mapuche (3) aportó al Estado la expansión de áreas cultivables, especialmente de trigo, lo que estimuló la agroindustria y la incorporación de nuevas razas ganaderas. Este crecimiento económico, permitió expandir la administración pública generando una incipiente clase media, se calcula que hacia 1880 el Estado contaba con 3 mil funcionarios, los que aumentaron a 13 mil en 1900, cifra que siguió creciendo empinándose a 27 mil en 1919.

Las ideas dominantes de la época se basaban en una suerte de progresismo, que amparado en la industrialización llevarían al país inevitablemente al desarrollo, muchos observaban que un país que dependía sólo de la exportación de materias primas, quedaba desprotegido a los vaivenes del precio que fijaban las grandes potencias. Por otra parte, la intelectualidad, entre los que se contaban figuras como Valentín Letelier, José Abelardo Núñez y Claudio Matte cruzaban armas con el sector más conservador del patriciado criollo, en torno al modelo educativo que se estaba adoptando y que sería la base del futuro Estado docente (4). Si bien las autoridades se felicitaban por el aumento progresivo en cobertura de nuestro sistema educativo (5), consideraban que era hora de que el Estado asegurara educación primaria obligatoria para toda la población, bajo un método racional que se apartara del enciclopedismo para sustituirlo por uno evolucionista, que tenía por particularidad el promover el método inductivo-deductivo, al que se denominaba procedimiento concéntrico.

Si miramos Santiago en el año del centenario, a primera vista aparece una ciudad moderna, con una clase política satisfecha de sus logros, las calles del centro cívico se iluminaban con energía eléctrica, los tranvías habían extendido la ciudad integrando las comunas de Providencia, Ñuñoa y Las Condes, hacia el oriente y La Granja y Puente Alto hacia el poniente. La élite, se reunía en los cafés céntricos y en el teatro Municipal donde podía mostrar su elegancia e ilustración en las galas de óperas, montadas por compañías que venían del extranjero. La fecha era esperada con el regocijo calmo de una clase satisfecha, que veía en los avances tecnológicos el reflejo de la tarea bien realizada, así en la medida de lo posible, se estaba sacando al país de la barbarie para endilgarlo por el camino de la civilización cristiana occidental. En efecto, las obras conmemorativas demuestran esta mirada, por una parte la inauguración del Museo de Bellas Artes en el Parque Forestal y la Estación Mapocho al poniente de Santiago; por la otra, el primer departament stores, Gath & Chaves (6), ubicada en la confluencia de Huérfanos con Estado. Pero, una nube negra vino a ensombrecer el alma del patriciado criollo, el presidente Pedro Montt Montt (7) falleció de un ataque cardiaco en Bremen Alemania, donde se encontraba medicándose de arteriosclerosis y arritmia cardiaca; su reemplazante, el vicepresidente Elías Fernández Albano (8) falleció poco después de un resfrío, el 6 de septiembre del mismo año. La situación se volvió compleja, a pocos días de dar inicios a las celebraciones del centenario el gobierno estaba acéfalo, pero rápidamente, un grupo de notables se reunió y consensuaron que la vicepresidencia la asumiera el ministro más antiguo del gobierno de Montt, la distinción recayó en el ministro de Justicia Emiliano Figueroa (9). En este ambiente, con múltiples delegaciones extranjeras, fiestas de gala en el Club Hípico, sin el presidente electo, se conmemoró el centenario patrio.

El otro Centenario


“… No podemos quejarnos del siglo que ha terminado anoche
su excelencia. Chile se ha formado en él como nación
independiente; se ha organizado en condiciones que le
ha dado nombre en el mundo, por la bondad y firmeza
de sus instituciones, por la seriedad de sus gobiernos,
por el patriotismo de sus hijos”
(La Libertad Electoral)**

 
“Querer contener al pueblo por medio de la violencia,
es como poner atajo a un río: las aguas se detendrán por de pronto
ante el obstáculo, pero luego crecerán, rebasarán el obstáculo y
por fin, con ímpetu avasallador, saltarán por él y seguirán
su camino arrastrándolo consigo”.
(Arturo Alessandri Palma)***

Sobre la dicotomía brutal que vivía la sociedad chilena en la primera década del siglo XX existe una amplia bibliografía al respecto, que se manifestó en lo que Augusto Orrego Luco denominó “La Cuestión Social”. Lo que se traducía, por una parte en un autocomplaciente patriciado agrario mercantil, y por la otra, el bajo pueblo que a fines del siglo XIX empezó a incorporarse a la insipiente producción capitalista, en torno a la minería nortina así como a producción fabril en las grandes ciudades, particularmente Santiago y Valparaíso. Esto es expresión no sólo de un régimen de explotación capitalista brutal e inhumano, sino también de la soberbia egocéntrica de la oligarquía nacional que se felicitaba de los grandes logros del centenario, y no era capaz de ver lo que estaba pasando a su alrededor, ver la miseria que se desenvolvía en los rancheríos, poblaciones callampas, conventillos y cités que florecían en los  arrabales de las ciudades; situación que hacía destacar a Santiago como una de las ciudades de más alto índice de mortalidad infantil de América Latina. El diagnóstico que hacía la clase política, se basaba fundamentalmente en el relajo moral por el que atravesaba la sociedad, producto de la propagación de ideologías foráneas tales como el socialismo y el anarquismo, ante lo cual el sector conservador proponía la caridad y la religión como solución; en tanto, el sector denominado liberal, planteaban como única solución la educación, entendida como el gran agente civilizador y socializador. A la fecha de la conmemoración del centenario, el descontento popular se hacía evidente, generando un poderoso proceso politizador desde afuera de la formalidad oficial, a la que criticaba duramente. Ese pueblo no oficial, había logrado organizarse en mutuales, mancomunales, sociedad de socorros mutuos, en el año 1909 se había creado la Federación Obrera de Chile (FOCH), en el año 1906 intentó colocar sin éxito en el parlamento a Luis Emilio Recabarren, situación que fue objetada por los diputados, debido a que Recabarren se negó a jurar en nombre de dios, aduciendo su condición de agnóstico. A la fecha, la organización popular estaba en plena maduración, crecimiento que no fue gratuito, a la explotación, la clase obrera debió padecer un rosario de masacres como única respuesta a sus demandas, la matanza de los obreros marítimos de Valparaíso de en 1903, la matanza del impuesto a la carne en Santiago (1905), la masacre de la Plaza Colón en Antofagasta (1906), la matanza de la Escuela Santa María de Iquique (1907). El trabajo asalariado se practicaba sin los más mínimos resguardos y protección, recordemos que a la fecha sólo existían dos leyes sociales: la ley de habitaciones obreras de 1906 y, la ley de descanso dominical de 1907.

La evidencia histórica de hace 100 años nos demuestra la existencia de una sociedad fragmentada socialmente, con una clase dirigente oligarquizada, tecnócrata, autocomplaciente y orgullosa. El prejuicio de las elites sólo alcanzó a ver lo que Vicuña Mackenna denominó: el “Santiago propio, la ciudad ilustrada, opulenta, cristiana”, y por la otra parte, el bajo pueblo: “una inmensa cloaca de infecci6n y de vicio, de crimen y de peste, un verdadero potrero de la muerte”. Por su parte, el pueblo, agotado y abrumado por la explotación empezó a buscar formas diferentes de asociatividad política, formas que sobrepasaran los márgenes del autoritarismo ilegítimo impuesto por Portales hace 77 años (10). Pasaron tan sólo 10 años, y los “potreros de la muerte” fueron capaces de congregarse en el escenario público haciendo sentir su poder soberano. En efecto, en 1918 se constituyó la Asamblea Obrera de Alimentación Nacional (AOAN) (11); a finales de enero de 1925, se organizó la Asamblea de Obreros, Estudiantes y Profesores (OEAP), la que dio paso, el 8 de marzo del mismo año, a la convocatoria de una Asamblea Popular Constituyente de asalariados e intelectuales. La  soberbia institucional volcó al país a generar profundos cambios en sus estructuras políticas, que pusieron fin la Constitución portaliana y sumieron al país en un proceso de inestabilidad hasta entrada la década del 30, del siglo XX.

A modo de Conclusión

No me parece oportuno sacar conclusiones, siempre es mejor que el lector realice las suyas. Solo me gustaría llamar la atención a los desafías del Chile de la primera década del siglo XX, las que se expresaban en la necesidad de un “progresismo industrializador” que permitiera al país apartarse de las crisis cíclicas que golpeaban a los países productores de materias primas; la educación, era sin duda la gran preocupación de los sectores medio y progresistas de la época; por último, la participación y legitimidad del régimen político, que permitiera incorporar soberana y democráticamente a todo el pueblo.

Un pensador decía que los grandes hechos se producían dos veces, la primera vez como tragedia y la segunda vez como farsa. Es verdad, que duda cebe, muchas cosas han cambiado –muchas de ellas para mejor-, pero, básicamente nuestras preocupaciones siguen siendo las mismas. Seguimos siendo un país productor de materias primas; tenemos cobertura educativa, pero bajo un sistema inequitativo y de baja excelencia para la gran mayoría del país; aun no hemos podido consolidar un sistema democrático que sustente su legitimidad en un proceso verdaderamente soberano, que dé garantías de unidad nacional a todos los ciudadanos. La historia no siempre se repite de igual forma, pero, ojalá no olvidemos las lecciones que esta nos entrega.

* Gabriel Salazar, Julio Pinto: “Historia contemporánea de Chile I: Estado, legitimidad, ciudadanía”. Tomo I. Edit LOM, 1999.

** Diario La Libertad Electoral, enero de 1901.

*** El caudillo de Tarapacá, en Cámara de Diputados, sesión extraordinaria, dos de enero de 1908.

Bibliografía

1.- Historia del siglo XX Chileno. Sofía Correa, Consuelo Figueroa, Alfredo Jocelyn-Holt, Claudio Rolle, Manuel Vicuña. Ed. Sudamericana.

2.- Gabriel Salazar y Julio Pinto. Historia Contemporánea de Chile, Tomos I –V. Ed. LOM.

3.- Gabriel Salazar. Del Poder Constituyente de Asalariados e Intelectuales (Chile, siglos XX y XXI). Edit. LOM.

4.- Armando de Ramón. Historia de Chile. Ed. Catalonia.

5.- Armando de Ramón. Santiago de Chile (1541-1991) Historia de una Sociedad Urbana. Ed. Sudamericana.

6.- Dr. J. Valdés Canje. Chile Íntimo en 1910. Imp. Universitaria.

7.- Julio Pinto, Verónica Valdivia. ¿Revolución Proletaria o querida chusma? Socialismo y Alessandrismo en la pugna por la politización pampina (1911 – 1932). Ed. LOM.

8.- Fernando Pinto Lagarrigue. Crónica Política del Siglo XX. Desde Errázuriz Echaurren hasta Alessandri Palma. Ed. Orbe.

8.– José Bengoa. Historia de un Conflicto. Los Mapuches y el Estado nacional durante el siglo XX. Ed. Planeta.

Notas

1.- En el período, el impuesto al salitre alcanzaba a un 40% de su valor de exportación.

2.- En 1911, el territorio nacional está unido longitudinalmente desde Pintados (95 Km. de Iquique) hasta Puerto Montt.

3.- La llamada pacificación de la Araucanía tiene su génesis a partir de 1866, proceso que culmino su fase bélica en 1884, para dar paso a la radicación del pueblo mapuche en reservaciones mediante títulos de merced.

4.- A partir de 1889 se empezó a implementar en forma en forma experimental el método concéntrico, para luego, en 1893, extenderlo a todo el país.

5.- Según cifras de la época, en 1880 había cerca de 500 personas dedicadas a la educación pública, en 1930 la cifra llegó a 12.650. En 1895, había 150.000 alumnos en 1.300 colegios fiscales; en 1925, había 500.000 estudiantes repartidos en 3.500 establecimientos fiscales.

6.- Gath & Chaves, almacén anglo-argentino, ubicado en la esquina de Estado y Huérfanos, fue la tienda que inauguró el retail en Chile. Una revolución traída desde afuera, que tiene su abrupto final en 1952 luego de que una huelga definió el cierre de la mítica tienda.

7.- Hijo del presidente Manuel Francisco Antonio Julián Montt Torres (1851 – 1856), llegó al poder por la Alianza Liberal en 1906 y gobernó hasta su muerte, en 1910.

8.- Ingresó a la política como representante del Partido Nacional, integrando los gabinetes de los presidentes Riesco, Errázuriz Echaurren y Montt.

9.- Balmacedista, fue diputado por Melipilla, Ministro de Justicia, presidente subrogante para el centenario, embajador y por último, presidente de la república entre 1925 a 1927.

10.- Para una mayor comprensión ver en: El Drama de constituyente en la Historia de Chile. ( https://guillermobastias.wordpress.com/2009/10/16/el-drama-de-la-constituyente-en-la-historia-de-chile/ ).

11.- Fundada en 1918, integrada por: La FOCH, federaciones metalúrgicas, agrícolas y comerciantes, sindicatos de choferes y de ferrocarriles, agrupaciones de mujeres y estudiantiles entre otras.