Independiente de la expertise profesional que tenga el economista Joaquín Lavín y el ingeniero Fernando Rojas, el magisterio deberá prepararse para una discusión de vital importancia para el desarrollo de su futuro profesional, me refiero al cambio del Estatuto Docente (1). En efecto, basta sólo observar someramente los proyectos de los candidatos que aspiraban llegar a La Moneda, para percatarse que, rodeos más rodeos menos, todos están planteando un cambio en el ordenamiento interno del profesorado chileno (2). En este sentido, el sistema pretende abordar un tercer aspecto clave en todo sistema educacional –el primero fue el Marco Curricular (3) y el segundo la LGE (4)-, vale decir la forma como se regirá la formación inicial, la capacitación, las remuneraciones, los derechos y deberes del hacer pedagógico. Como el tema seguramente se sentará en la discusión pública a partir de marzo de este año, bien vale hacer algunas reflexiones que permitan abrir los fuegos de un tema no menor y que generará polémica.
La pauperización del magisterio
“También debiera asumir su responsabilidad
los centros para formación de docentes e institutos… pedagógicos
permitiendo mayor desarrollo de la vocación, comprensión e
identificación del rol como ‘educadores’ de personas y no
como meros transmisores de conocimientos”
(Fernando Gutiérrez)*
Cómo llegamos a esto, cuándo se perdió el Perú. Para entender “la cuestión docente” como dice Bayer (5), debemos comprender que la docencia anterior al régimen militar se orientó como un Sistema Nacional de Educación dependiente del Estado y con el profesor como funcionario público, bajo una formación inicial regulada por el Ministerio de Educación que ya en la década del sesenta había terminado con las escuelas normalistas y encargado esta labor a las Universidades. Este tema no es menor, se podrá discutir si el Estado lo hacía mal o mejor, pero era un sistema coherente donde existían las debidas sinergias para regular el proceso en su conjunto, y desde allí asumir cambios o regulaciones si eran necesarias. Qué hace el régimen militar, ir básicamente en la dirección contraria, vale decir atomizar el sistema. La primera medida fue quitar el rango universitario de las de pedagogías, dando la posibilidad de que “entidades no universitarias” (privados) pudieran entregar la carrera docente; la segunda iniciativa fue el año 1981, con la municipalización de la educación y de los profesores. Este nuevo sistema, descentralizado, subsidia la demanda estimulando la incorporación de privados en el área educativa. El plantel docente quedo divido en el sector municipalizado, y por el otro, un sector que se desempeña en el sector privado. Las consecuencias de esta descentralización resultan desastrosas, se calcula que las remuneraciones de los maestros descendieron en un 38% (6), la formación inicial quedó tutelada al amparo del mercado sin controles relevantes por parte del Estado. Con el aumento de cobertura, el mercado demandó más fuerza de trabajo, la que fue expelida holgadamente por las “nuevas casas de estudios” que vieron en la formación docente un buen negocio, dada la poca inversión: un pizarrón, bancos y profesores. Esta situación se hizo particularmente grave en la enseñanza básica, en la cual se implementaron programas de acreditación de fin de semana, conocido como los “profesores exprés”.
Qué hace la Concertación una vez instalada en el poder. La respuesta depende desde el ángulo que se mire, mucho en términos cuantitativo aumentando la inversión en toda el área; poco en términos cualitativos, con una mirada conciliadora que no permite tener un control efectivo de la educación en su conjunto. En efecto, el año 91 se echan las bases del Estatuto Docente quedando refrendada la división impuesta por los militares, en una parte los docentes municipalizados protegidos por el estatuto, y por la otra, un sector sometido a las reglas del mercado. Qué se hizo en el plano de la formación inicial, básicamente poco, a cifras de hoy, la mayoría de las instituciones que entregan pedagogía aún no están acreditadas. Peor aún, las casas de estudios no repararon que en el mundo se estaba viviendo un verdadero cambio en el paradigma educativo, donde el profesor pasaba de ser una fuente del conocimiento a convertirse en un generador de criterios para seleccionar y organizar un conocimiento que hoy, producto de las tecnologías de la información y comunicación se encuentra cada vez más al alcance de la mano de los estudiantes.
Quienes son los profesores hoy. Según datos del MINEDUC (7), el número de docentes en aula llega a 149.083, de los cuales 69.562 pertenecen al sistema municipalizado, 60.178 al subvencionado, 17.210 al particular pagado y 2.133 a las Corporaciones. Un gremio que se encuentra pauperizado, poco cohesionado y dividido en dos grandes segmentos, uno público y otro privado. Esta división se traspasa también al plano gremial, debido a que el Colegio de Profesores ha tendido hasta hoy a asumir la representación del sector municipalizado; todo esto en un marco de un gremio arrastrado fuertemente a la demanda coyuntural, economicista e inmediata. Las diferentes autoridades del magisterio, matices más matices menos, no han estimulado una visión de una educación moderna, crítica y propositiva, cuestión que caracterizó al profesorado desde principios del Siglo XX (8). Pero, ¿son los docentes chilenos los grandes culpables del bajo rendimiento escolar?, esto es lo que analizaremos a continuación.
“Aquí he aprendido a enseñar y he aprendido
mucho sobre el castellano,
pero no he aprendido cómo enseñar castellano” **
Son los profesores hoy en día los grandes responsables del problema de la educación en Chile. Responsabilidad hay qué duda cabe, pero mucho menor que la deslizada por parte de un sector de los llamados “especialistas orgánicos”. Vamos por parte, si el problema de la educación en Chile fuera el Estatuto Docente, estos déficit estarían situados sólo en la educación municipalizada en cambio nuestro país muestra un retraso generalizado, según las mediciones internacionales, en todas las formas de provisión educacional, municipal, particular subvencionado y particular pagado (9). En relación al SIMCE, la relación entre los resultados de los sistemas público y particular subvencionado no varían sustancialmente (10). Es más, un dato no menor, el año pasado se especuló majaderamente tanto por el Ministerio del ramo, los “entendidos” y la prensa, que los reiterados paros que se sucedieron por parte de profesores de colegios públicos iban a generar bajas considerables en la PSU, lo que a la postre redundaría en aumentar el éxodo de alumnos del sector público. Qué pasó, en palabras de la ministra de la Jara: “Bajó un poco el promedio, como medio punto, la educación municipalizada, bajó bastante la educación particular pagada, alrededor de 5 puntos, y subió más de 5 puntos la particular subvencionada” (11); es más, de los 10 colegios con mayores puntajes, el Instituto Nacional se pone a la delantera con 29 alumnos con puntajes nacionales, seguidos muy de lejos por el Andree English School y The Grange School con 9 puntajes nacionales cada uno (12).
Ahora bien, existe coincidencia que dentro de las falencias que experimenta la educación en Chile está la mala formación inicial, en palabras de la OCDE: “la mayoría de los estudiantes del país tiene clases con profesores que, no por culpa propia, han sido preparados inadecuadamente para enseñar matemáticas, lenguaje y otras materias, al nivel requerido por el nuevo currículo chileno” (13). Unido a esto, hay que destacar la mínima preparación que obtienen los docentes en el denominado Conocimiento Pedagógico del Contenido; en efecto, no basta saber el contenido, sino a la vez, saber enseñar ese contenido en forma eficaz a grupos de distintas edades y orígenes socioculturales. Por último, la academia no está preparando a los futuros docentes para interactuar en la llamada sociedad del conocimiento, un mundo donde la información es instantánea y múltiple, donde el profesor tiene que ayudar al alumno a integrar estos saberes mediante las nuevas tecnologías que hoy están a su disposición. En este sentido, “se calcula que el conocimiento (de base disciplinaria, publicado y registrado internacionalmente) habría demorado 1.750 años en duplicarse por primera vez contado desde el comienzo de la era cristiana, para luego volver a doblar su volumen, sucesivamente, en 150 años, 50 años y ahora cada 5 años, estimándose que hacia el año 2020 se duplicará cada 73 días” (14); manejar este volumen de conocimiento, demandará del cuerpo docente desafíos para los cuales nuestras instituciones formativas claramente no están preparadas.
Sumado a esto, hay que señalar que el proceso educativo chileno se da en el marco de uno de los países más inequitativos del mundo a la hora de repartir la riqueza (15), situación que incide directamente en la posibilidad de obtener resultados de excelencia. En efecto, las familias que perciben mayores ingresos pueden destinar mayores recursos a complementar el entorno educativo de sus hijos, en cambio, los colegios que educan a jóvenes de bajos recursos deben compensar las carencias que traen estos educandos desde sus familias (16). El docente en este caso, deberá formar, aconsejar e instruir a jóvenes de alta vulnerabilidad social al cual, al final del día, se le medirá con los resultados de los alumnos de mayores ingresos.
Lo señalado precedentemente indica que, en términos generales, Chile tiene una educación de baja excelencia, un cuerpo docente pobremente formado por instituciones que en su gran mayoría no está en condiciones de hacerlo; todo esto, en el marco de un país altamente inequitativo en el reparto de su riqueza.
Entonces, cuál es el motivo de que exista un consenso pleno en nuestra clase política para cambiar el referido Estatuto. El argumento, dice relación con el hecho de que el Estatuto es demasiado rígido a la hora de despedir un profesor, procedimiento que hoy día debe ser verificado por un sumario a cargo de un fiscal; lo que según sus detractores, generaría una suerte de inamovilidad del cuerpo docente del sector municipalizado. El punto crítico que ve la educación economicista es la “poca flexibilidad” del factor humano; en definitiva, se trata de homologar el régimen municipal a la situación existente en el sector privado. Ahora bien, qué sucede en el sector privado, una verdadera puerta giratoria, una constante rotación, en promedio un profesor dura dos años de ejercicio en un plantel, independiente de su excelencia su contrato dura en su gran mayoría dos años, tiempo límite antes de que el contrato pase a ser indefinido. La flexibilidad del mercado laboral educativo, más allá de la mucha palabrería que circula, es la principal orientación que esconde la reformulación del Estatuto Docente; situación que según economistas, permitirá a los municipios abaratar la mano de obra docente como su contraparte, la educación particular subvencionada, lo que según los mismos economistas permitiría nivelar los déficit presupuestarios que enfrentan en el área.
La situación que se discutirá a partir de este año es particularmente compleja, no sólo para el magisterio, sino para el desarrollo futuro de la educación en Chile; esto demandará departe del magisterio un esfuerzo superior, que permita en su conjunto visualizar una profesión moderna, remunerada dignamente, con incentivos claros y estándares de rendición de cuentas acorde al entorno de trabajo. Por otra parte, se requiere una clase política que esté dispuesta a velar por intereses de Estado, que abra la mirada al verdadero mundo docente, que se proyecte más allá de los paper de una tecnocracia fría, que deslinda sus parámetros en torno a los centímetros cuadrados de sus escritorios.
* Premio Nacional de Educación 2005. En El Debate de la Educación, El Mercurio (especiales), 5 de agosto de 2006.
** Testimonio de un estudiante de pedagogía en castellano. OCDE, 2004.
Notas
1.- Ley N° 19.070, de 1991. Ver Ley completa en: http://intranet.munistgo.cl/integridad/web2/file/tei/leyes/19070.pdf
2.- Para un análisis pormenorizado de los programas presidenciales en materia educacional, recomiendo:
a.- Sebastián Piñera: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/08/02/que-propone-sebastian-pinera-en-educacion%E2%80%A6-2%C2%B0-parte-y-final/
b.- ME-O: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/07/22/que-propone-me-o-en-materia-de-educacion/
c.- Eduardo Frei: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/07/14/%C2%BFque-propone-eduardo-frei-en-educacion/
d.- Jorge Arrate: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/07/14/%C2%BFque-propone-eduardo-frei-en-educacion/
3.- Ver en: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/06/23/como-se-gesto-el-marco-curricular-chileno/
4.- Ver en: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/08/25/claves-para-entender-la-lge/
5.- Harald Bayer, “Una Educación de más Calidad: algunas reflexiones”, en Revista Pensamiento Educativo, Vol. 40, n° 1. Pontificia Universidad Católica de Chile, 2007.
6.- Informe Final, 11 de diciembre de 2006. Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación
7.- Anuario: Estadísticas de la Educación 2006 – 2007. Capítulo 3: Docentes. MINEDUC.
8.- Pa ver el tema en profundidad, ver en Gabriel Salazar: Del poder constituyente de asalariados e intelectuales (Chile, siglos XX y XXI)”. LOM, 2009.
9.- En la Prueba TIMSS 2003, Chile se ubicó en el lugar 38 de 46 en Matemática, y 35 de 46 en Ciencias. En Matemática, más de la mitad de los alumnos chilenos (59%) no alcanzó el estándar de desempeño más bajo descrito por TIMSS. En Ciencias, este porcentaje fue de 44%. En Matemática, los alumnos chilenos mostraron un dominio relativamente mejor en estadísticas y análisis de datos, y uno relativamente peor en geometría. En Ciencias, nuestros alumnos mostraron un dominio relativamente mejor en medioambiente y uno peor en física. Cabe agregar que en todas las áreas Chile se encuentra por bajo el promedio internacional.
10.- Para una mejor comprensión, ver resultados y comentarios del SIMCE 2006, en: https://guillermobastias.wordpress.com/2007/05/08/34/
11.- La Nación, 21 de diciembre de 2009: http://www.lanacion.cl/psu-educacion-particular-pagada-bajo-el-promedio/noticias/2009-12-21/110731.html
12.- Ver lista completa en: La Nación, 21 de diciembre de 2009. Pág. 8.
13.- OCDE, 2004.
14.- Educación e Internet ¿La Próxima Revolución? JJ Brunner. Fondo de Cultura Económica, 2003.
15.- Chile presenta uno de los niveles más altos en desigualdad social, sólo comparable a África del Sur, Brasil, Colombia, Guatemala, Lesotho, Paraguay, Swazilandia, Zambia, Zimbabwe.
16.- Para un análisis más pormenorizado, recomiendo ver “Desigualdad Social = Mala Educación”, en: https://guillermobastias.wordpress.com/2009/09/03/desigualdad-social-mala-educacion/